lunes, 9 de marzo de 2009

El aire que respiramos

Esta foto está tomada desde las Glorias un viernes por la tarde, apuntando al Tibidabo. Se puede ver la claridad de la montaña y los tonos verdosos de sus bosques.
La distancia en linea recta es de unos 7-8 kilómetros. Y pensar que hace años, cuando era crio, me encantaba subirme al atalaya del Tibidabo por que en días claros se podía discernir Mallorca...










Foto tomada desde un avión un domingo de febrero, mientras volvía de un viaje. En ella se puede observar las 3 chimeneas de Sant Adrià. (A media altura hacia la derecha)
Pensar que hay unos cuantos millones de personas que respiramos ese aire... y luego nos preguntamos por que hay tantas alergias y problemas respiratorios...




En el campo falta gente...

Un abrazo.

5 comentarios:

Tiberio dijo...

Yo he crecido en una de las ciudades más contaminadas de Europa (aunque es una contaminación distinta, la de Barcelona es sobretodo humo de coche mientras que en Avilés era a causa de una acería).

El caso es que yo me libré, pero recuerdo que en todas las clases en las que yo estaba había una proporción de asmáticos de en torno a un niño por cada no asmático.

Xavi Vila dijo...

Y en vez de preocuparse por filtros, educación ambiental y cosas de esas, prefieren pagar a empresas químicas y farmacéuticas para que abran los pulmones a quien se los han cerrado por otros medios, sin solventar el otro medio... eso es inteligencia, si señor.

Eres afortunado (o un mutante!!) ;)

Un abrazo.

Tiberio dijo...

Hey! a lo mejor soy las dos cosas (un afortunado mutante) :D

La clave está en que ellos (los ricos) prefieren vendernos medicamentos que pagar el dinero que les costaría evitarnos enfermedades

Xavi Vila dijo...

Ahí le has dado! (Lo del dinero... lo del mutante no lo tengo seguro pero quien sabe...)

Kitsunesan dijo...

Aunque parezca mentira en Catalunya es una de las comunidades en donde se aplican más las leyes de salud ambiental y se obliga más a las empresas a cumplir estas normas. Esto no quiere decir que se apliquen a nivel óptimo.

Por ello muchas empresas prefieren irse a otras autonomía. O incluso a otros países.

Aun con todo se ha de decir que si se invirtiera más en abaratar los costes comerciales de las soluciones de purificación de resíduos, por ejemplo, sería más fácil que las empresas aplicaran las normas, junto con una legislación y penalización efectiva. Si no se pueden aplicar las leyes no vale la pena hacerlas.