lunes, 17 de mayo de 2010

La consulta de la Diagonal y sus consecuencias

Esta mañana, estando en el transporte público yendo hacia el trabajo me he encontrado con una pareja joven donde él decía “La Diagonal no se cambia, ¡hemos ganado!” Esto me ha hecho sonreír y pensar en que en pocas ocasiones un político ha conseguido unir tanto a la gente en contra (o a favor, según se mire) de algún proyecto.

No constataremos que hay auditores de la consulta que han aceptado públicamente conforme la seguridad no era la adecuada, que se rebajaba para fomentar el voto (algo impensable en unas elecciones normales), que no se ha publicado ni anunciado todas las opciones posibles (La “C”, la que ha ganado no se mostraba en la publicidad plantada en marquesinas, periódicos, farolas y concursos populares)

Como en todas elecciones, cada uno puede elegir los números que quiera e interpretarlos según quiera, pero aquí hay poco margen de maniobra. La opción de cambiar tal y como se ha planteado no ha sido aceptada por la gente, no era el momento ni han sido las formas, a parte, que había muchas incógnitas nada claras (parques, accesos, plazas, árboles, …) que hubieran ayudado a aclarar muchas dudas, pero se ha hecho rápido y mal… al menos las renuncias y las destituciones no han hecho nada más que empezar y ahora a saber en que se han gastado los 3 millones de €uros (3.000.000, si) para hacer esta consulta.... (aunque aquí hay una buena explicación...)

Si que hay que sacar en claro un tema, este embrión de democracia líquida donde el ciudadano elige activamente sobre proyectos grandes, así las elecciones “importantes” dejan de ser un cheque en blanco al político de turno para hacer lo que le plazca. Esto puede ser, si le dejan serlo, un punto de inflexión en la política actual. Una idea que me viene a la cabeza, los políticos electos deciden, entre ellos, el sueldo que van a ganar, en cambio, los trabajadores no pueden decidir su propio sueldo con lo que si se llegara a una auténtica democracia líquida, sería el pueblo quien podría decidir el sueldo de los políticos según su valía (¿no son los políticos los trabajadores del pueblo?), por lo que se podría evitar una gran diferencia social y que los políticos elegidos sean realmente quienes vayan a preparar un equipo de trabajo REAL por y para el pueblo, dejarán de ser políticos de imagen buscando la foto del momento; por supuesto, otro paso más que necesario es que las listas políticas sean listas abiertas y sea la gente quien decida al político de la lista que quieren que mande, no el “enchufado” dentro del partido.

Pero tal como se dice, tiempo al tiempo… El primer paso ha sido vacilante, pero se ha hecho.