Hoy domingo he estado haciendo el turista, pero de una forma nueva; al menos, esa es la sensación que he tenido. Hoy he participado en un bautizo de submarinismo en el mar invitado pro un gran amigo, Leo. El submarinismo con botella autónoma es algo que me hubiera gustado hacer desde hace años, hoy he podido hacerlo gracias a
Unisub.
Si que hace años, en Mallorca, hacía apnea y algunas burradas, llegué a conseguir aguantar 1 minuto y medio bajo el agua, ahora, por supuesto, tardaría bastante en acercarme al minuto..., pero bueno...
Primero la sensación fue de algo de agobio, no en vano los 20 y tantos kilos de peso que llevas encima (plomos, botellas, traje de neopreno, aletas, "jacket", ... y andar contodo esto hasta la playa... luego llegar, entrar y ponerte, como puedas, las aletas en los pies (Hay que decir que aquí ya he tragado algo de agua...) unas breves pero clarificadoras instrucciones por parte de los instructores, hacer la prueba del equipo en el agua, ponerse de rodillas, ya cubierto y probar la sensación de respirar bajo el agua, levantarse para hablar con el instructor y ver si todo está bien y ala, para abajo falta gente...
Desde ese momento toda la percepción mía cambió; tardé un poco en adaptarme, pero luego disfruté como un niño... Si que me falta la experiencia para poder moverme bien con la botella y todo el equipo, así como la práctica de compensar la presión y de controlar la flotabilidad (mis rodillas han dejado alguna marca por el suelo...) pero a parte de eso, el paseo fue algo más que agradable y la sensación que tenía ha sido que yo era un turista en el país de los peces... ellos estaban paseando, comiendo, relacionándose, ... haciendo una vida normal; y nosotros pasábamos por allí, algunos incordiando un poco, otros saludando, haciendo fotos... si te acercabas mucho, su "cultura" y costumbres hacía que se alejaran. Al cabo del rato, el instructor nos hace la señal que vayamos subiendo, me faltaba poco para entrar en reserva y se ve que ya llevábamos un buen rato, el normal de una inmersión, bastante más que un bautizo habitual. Debajo, con el único ruido de tu propia respiración (Salvo algún ruido puntual de algun "llamador" que llevan algunos o de algún cacharro electrónico) y además con la gravedad "alterada", es un buen ejercicio de interiorazión y de gratitud hacia lo que nos rodea.
Por el paseo, vi diversas estrellas de mar, erizos, diversidad de peces de diversos tamaños (desconozco sus nombres), algo de basura (poca por suerte) y fue curiosa la visión de las rocas que había antes de llegar a un muelle que había cerca que funcionaba de debilitador de las olas, pasamos entre ellas y la sensación fue muy curiosa, más si al pasar ves peces y demás vida marina haciendo vida en ellos y tu pasando a escasos metros (o centímetros).
Llegué a 14 metros de profundidad y estuve un total de 44 minutos debajo del agua según Joan, el instructor asignado a mi.
Gracias a todos por este día. :D